El expresidente Álvaro Uribe Vélez recibió un nuevo golpe judicial en medio de su proceso por soborno en actuación penal y fraude procesal. Este 13 de agosto, el Juzgado 001 Civil Municipal de Rionegro, Antioquia, negó el recurso de habeas corpus con el que buscaba revocar la medida de prisión domiciliaria que cumple desde principios de mes.

La figura del habeas corpus, contemplada en la Ley 1095 de 2006, protege la libertad personal en casos en los que la detención se produce con violación de garantías constitucionales o legales, o cuando se prolonga de forma ilegal. Sin embargo, solo puede invocarse una vez, y en esta ocasión el despacho judicial concluyó que no se configuraban los requisitos para concederla.

Uribe fue condenado el pasado 1.º de agosto por la jueza Sandra Liliana Heredia a 12 años de prisión domiciliaria, luego de más de 60 audiencias. La defensa, liderada por Jaime Granados, apeló la decisión ante el Tribunal Superior de Bogotá, alegando vulneración de derechos fundamentales como la dignidad humana, el debido proceso y la presunción de inocencia, pues la sentencia aún no está en firme.

La Procuraduría General de la Nación respaldó los argumentos del abogado, señalando que en el fallo de primera instancia no se probó más allá de toda duda razonable que el expresidente tuviera el grado de conocimiento necesario para atribuirle responsabilidad penal.

Pese a estos respaldos, la negativa del habeas corpus significa que Uribe seguirá cumpliendo la detención domiciliaria desde su residencia en Rionegro, una situación que le impedirá asistir a eventos como el sepelio de Miguel Uribe Turbay, a quien apoyó políticamente en 2022 como cabeza de lista del Centro Democrático para el Senado.

El 8 de agosto, el Juzgado Tercero Penal del Circuito de Rionegro notificó al Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) la boleta de encarcelamiento bajo la modalidad domiciliaria. Dos días antes, el exmandatario había informado públicamente que había sido “formalizado como preso” y ratificó su intención de seguir participando en el debate político, afirmando que en 2026 buscará “derrotar la naciente mordaza neocomunista” en Colombia.