Con el desfile culminó un Carnaval que los barranquilleros enmarcan como inolvidable. Una reina que brilló de principio a fin, con su baile, carisma y espontaneidad, características fundamentales para meterse en el corazón de una ciudad.
En la calle 84, por donde pasó la última y gran fiesta, muchas viudas también lloraban a Joselito. Sin embargo, esta manifestación, que no es otra cosa que la celebración de la vida y el disfrute de cuatro días sin par, anuncia un hasta pronto que dejó más viva la tradición para el 2025.
Fotos: Redes Melissa Cure Villa