El Senado de la República, eligió este 19 de noviembre de 2024, a Miguel Efraín Polo como nuevo magistrado de la Corte Constitucional. La elección se dio en medio de una acalorada disputa, en la cual la sombra de denuncias de fraude estuvo presente, generando un intenso debate en los medios de comunicación.
El proceso de votación estuvo lejos de ser sencillo. Con 104 legisladores participando, la jornada se extendió más allá de la sesión prevista el día anterior, cuando los votos se habían empatado. Esta vez, Polo consiguió 57 sufragios, frente a los 47 obtenidos por su principal contendora, Claudia Dangond. Su victoria representó un giro inesperado, dado que Dangond partía como la favorita para ocupar el cargo, apoyada por sectores de la oposición como el Centro Democrático y Cambio Radical.
Durante la jornada, Se adoptaron medidas inusuales, como la toma de fotografías a los votos, lo que suscitó diversas interpretaciones y rumores sobre posibles influencias externas en la elección. Algunos opositores al gobierno de Gustavo Petro señalaron que los legisladores podrían estar reportando sus sufragios a otros actores políticos, aunque estos señalamientos fueron rápidamente desmentidos.
Polo, en su primer discurso tras ser elegido, expresó su agradecimiento al Congreso y al Consejo de Estado por confiar en su trayectoria judicial. «Este nombramiento es un reconocimiento a la carrera judicial y a la independencia de la Corte Constitucional», afirmó. El nuevo magistrado destacó que su ascenso al alto tribunal es una muestra de que la justicia en Colombia permite que aquellos que comienzan en cargos modestos puedan llegar a posiciones de gran responsabilidad.
Con una trayectoria de más de dos décadas en el ámbito judicial, Polo se ha destacado como profesor de Derecho Público en la Pontificia Universidad Javeriana y como magistrado auxiliar en la Corte Constitucional. Su carrera lo ha colocado en una posición privilegiada dentro del sistema judicial colombiano.
El nuevo magistrado comenzará su periodo de ocho años en un tribunal con una clara tradición conservadora. Su llegada a la Corte marcará una nueva etapa en la defensa de la Constitución en Colombia, en un contexto político complejo que pondrán a prueba su independencia y su compromiso con la Carta Magna.
