Ante tanto desinterés ciudadano, familiar y oficial las fechas importantes de la historia cienaguera no tendrán mayor trascendencia, porque no se estimula en los jóvenes el conocimiento, acercamiento y provecho herencial de estos acontecimientos que involucraron al hombre de esta población que dan la importancia que mantiene Ciénaga en los anales de la nacionalidad; como actores de la «libertad» de la que hoy se jactan tantos sin conocer los orígenes de tales logros que sacrificó y derramó tanta sangre de hermanos que hoy no cuentan ni siquiera con la mención de los «estudiosos», para no asegurar que los «investigadores» o muy pocos de estos, aniversarios que se perdieron en los resquicios de la memoria de una ciudadanía que parece estuviera condenada al olvido…
Corría el año de 1813 y el joven valioso y aguerrido militar que habría de convertirse en el Libertador de América, Bolívar, deliraba con rescatar a Caracas del dominio realista. Su primer objetivo era tomar a Santa Marta, núcleo de patriotas sometidos por las autoridades coloniales, el segundo, Maracaibo, y ya en territorio venezolano, era su máximo anhelo, la liberación de su ciudad natal.
Bolívar inicia en Tenerife, la Campaña Admirable, que termina victoriosa en la ciudad capital venezolana.
Sólo un pequeño territorio de la Nueva Granada se encontraba en poder de los patriotas: Santa Marta, Ciénaga, Riohacha y muchas ciudades más permanecían bajo el gobierno de las autoridades españolas. Ya en 1820 Bolívar llega a la costa y desde Barranquilla escribe al General Santander que: » considera infalible la toma de Santa Marta y en forma enfática, la derrota del Cantón de Ciénaga, como baluarte defensor del gobierno realista y de la corona española.
La de Ciénaga fue una de las más aguerridas y cruentas Batallas de las cumplidas en la Campaña Libertadora y se recuerda con admiración el hecho de que se asignaran para actuar en las avanzadas del 10 de noviembre sobre Ciénaga, personajes ilustres de diversos rangos y experiencia en operaciones de campo y sorpresa militar al enemigo. Son en su categoría y calidad de graduación los actores de la epopeya que dio fin a la inolvidable Campaña de la Nueva Granada y borró en manera definitiva el abuso español en nuestro territorio y presentó como villa gloriosa a nuestro suelo cienaguero.
Era tan importante, y necesario, y urgente el sometimiento de Ciénaga, paso obligado a la capital de la provincia, y la rendición de Santa Marta, que Bolívar jefe máximo de los escuadrones libertarios; da las órdenes precisas para que sus mejores hombres sean protagonistas desde los diversos frentes sobre el objetivo. Aquí estuvieron luchando con denuedo: Carreño, Maza, Carmona, Padilla, Brión, Montilla, Calderón, Sanders, Morales, Crespo, Bustamante, Acevedo, Ayala, Carbonó, Carrasco, Córdoba, D’evereux, Elías, Henao, Hormechea, Illincroott, Isaza, Lara, Loedel, Charquey y los escuadrones rasos de soldados cuyos apellidos se perdieron, lastimosamente, en el silencio del tiempo.
En la villa del Cantón de Ciénaga, según el informe militar del Ejército Libertador, se dio como resultado de guerra 1392 cadáveres, 253 heridos, fueron tomados como prisioneros 795 personas. Murieron 209 oficiales, fueron 12 los oficiales presos o heridos y como trofeo de guerra, las tropas republicanas heredaron 182 piezas de artillería, 5 buques de guerra, 86 bongos o embarcaciones que habían aprovisionado militarmente y gran cantidad de pólvora y municiones, por esa razón y por muchos aspectos más, la Batalla ocurrida en Ciénaga es reflejo de la valentía y el denuedo con que se enfrentó el suceso histórico del 10 de noviembre de 1820.
Se hace necesario que las autoridades en nuestro municipio establezcan la Cátedra Ciénaga para no permitir que se desconozca la importancia de nuestra Batalla de 1820, con la edición de un texto bien documentado con los trabajos que muchos escritores cienagueros y analistas de otras latitudes han concebido y algunos publicado, para que en los planteles educativos de este ente territorial sea de obligatorio conocimiento este y otros temas históricos de nuestra identidad nacionalista y empecemos a sembrar respeto, conocimiento y compromiso en la divulgación de los acontecimientos que tuvieron como escenario nuestro territorio y salvaguardar este patrimonio y memoria de la actuación del cienaguero en las diferentes épocas de nuestra vida como pueblo heroico y glorioso en su esencia.
Cualquier conmemoración quedará sin memoria colectiva, si no se llega a los niños, adolescentes y a un grueso número de adultos con un trabajo de acercamiento serio sobre la Batalla de Ciénaga. Manos a la obra, para que iniciemos un verdadero y contundente trabajo de valoración por lo que somos y representamos para esta nación colombiana.
Por Delfín Sierra Tejada
Publicado por Memoria Histórica – Prueba Gráfica de la Costa Caribe Colombiana Pepe Comenta