En el majestuoso Palacio Apostólico del Vaticano, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, sostuvo este lunes una audiencia privada con Su Santidad el Papa León XIV. El encuentro, gestionado por la Cancillería colombiana como parte de la agenda oficial coordinada por la canciller Laura Sarabia, reafirmó los lazos históricos y el compromiso conjunto entre Colombia y la Santa Sede con la paz y la justicia social.
Durante la conversación, el mandatario colombiano entregó al Pontífice una carta en la que, en nombre del Gobierno y del pueblo colombiano, propuso liderar una nueva etapa de diálogo global centrada en la paz, la defensa de la vida y la solidaridad entre los pueblos.
En la misiva, también agradeció el respaldo continuo de la Iglesia Católica a los procesos de reconciliación en Colombia y extendió una invitación formal para que el Papa realice una Visita Apostólica y de Estado al país sudamericano.
La audiencia permitió abordar temas clave de la agenda internacional y regional. Tanto el Papa como el Presidente compartieron preocupaciones comunes sobre la seguridad, el impacto de los flujos migratorios y los efectos del cambio climático, y manifestaron su disposición a fortalecer la cooperación frente a estos desafíos.
Al finalizar la audiencia, el Santo Padre saludó a los integrantes de la delegación colombiana, entre ellos la canciller Sarabia, la hija del presidente, Antonella Petro, y el embajador encargado ante la Santa Sede, Óscar Ortiz.
La jornada diplomática continuó con una reunión entre la delegación colombiana y monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, en la que se discutieron los principales temas de la agenda bilateral y los desafíos globales compartidos.
Como símbolo de gratitud y hermandad, el presidente Petro obsequió al Papa una réplica de la emblemática Balsa Muisca, una mochila arhuaca tejida por mujeres indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, una hamaca artesanal del municipio de Morroa (Sucre), y café colombiano, elementos que representan la riqueza cultural y la diversidad del país.
Este histórico encuentro marca un nuevo capítulo en los 190 años de relaciones diplomáticas entre Colombia y la Santa Sede, reafirmando el compromiso de seguir construyendo puentes de entendimiento, paz y cooperación a nivel global.