El Hospital San Cristóbal enfrenta una de las crisis más graves de su historia, marcada por la renuncia de su gerente, el embargo de sus cuentas y la falta de pago a su personal médico y asistencial. La salida de Zenaida Ortíz Heras, quien hasta hace pocos días ejercía como gerente del centro hospitalario, ha dejado acéfala la dirección de una institución clave para la salud de la comunidad.

La situación se torna aún más preocupante al conocerse que las cuentas del hospital han sido embargadas, lo que impide su normal funcionamiento y dificulta el cumplimiento de obligaciones contractuales básicas. Esta restricción financiera ha dejado sin salario durante más de tres meses a decenas de trabajadores, especialmente a las mujeres que integran los Equipos Básicos de Salud.

“Seguimos prestando nuestros servicios por compromiso con la comunidad, pero ya no podemos más”, declaró una de las trabajadoras afectadas, reflejando el nivel de desgaste y frustración del personal que sostiene la atención médica en medio del caos administrativo.

La falta de una dirección clara ha incrementado la incertidumbre, tanto dentro del hospital como entre los usuarios del servicio de salud, que se preguntan quién asumirá la responsabilidad frente a una crisis institucional que amenaza con paralizar completamente la atención médica en la zona.

Hasta ahora, ni la administración municipal ni las autoridades sanitarias han emitido un pronunciamiento oficial sobre las acciones que se tomarán para enfrentar la emergencia. La comunidad espera una intervención urgente que evite el cierre técnico del Hospital San Cristóbal y garantice la continuidad del servicio de salud.

Mientras tanto, el personal continúa trabajando con lo poco que queda de insumos y motivación, en un acto de compromiso que contrasta con el silencio de las entidades responsables.