Fue un partido de locura, un encuentro que tuvo al Bayern Múnich cerca de la final de la Champions League, hasta que el Real Madrid se levantó, remontó y se metió en la final al ganar 2-1.
El Real Madrid luchó incansablemente por la clasificación, enfrentando una sólida resistencia en la figura imponente de Neuer, el portero del Bayern Múnich, cuyas habilidades en la portería demostraron ser una muralla infranqueable para los intentos madridistas.
Bayern, en cualquier ocasión podía generar terror en la defensa madridista. Davies metió un enganche, se acomodó y sacó el disparo potente, a un ángulo, y logró poner el 0-1.
Fue así, de tanto insistir, que vino el remate de Vinicius, que mandó la pelota con fuego para que Neuer, el que parecía imbatible, la soltara. Ahí llegó Joselu para puntearla y anotar el empate.
Real Madrid se creció, el Bayern aguantó la arremetida, pero no por mucho. El equipo blanco impuso su ritmo, ahí apareció una vez más Joselu, para tocar la pelota en una jugada que parecía fuera de lugar y no, al instante todo Madrid se levantó a celebrar.
El partido terminó en polémica, Bayern Múnich anotó el gol del empate ya en tiempo añadido. Fue gol, pero el árbitro señaló un aparente fuera de lugar previo. La revisión dejó muchas dudas, seguro, protestarán hasta el cansancio.
Todo jugó para el Real Madrid, equipo que conoce de memoria la Champions. No defraudaron a sus hinchas, la historia no fue otra, fue la misma, el Real Madrid es, una vez más, finalista.