«Que dejen de joder»: Eduardo Dávila lanza polémico mensaje a los seguidores del Unión

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En lugar de asumir responsabilidad o abrir espacio al diálogo, el máximo accionista del Unión Magdalena, Eduardo Dávila Armenta, eligió la descalificación como respuesta a las crecientes críticas de la afición. “Que dejen de joder, si quieren un buen espectáculo de fútbol que vayan a ver al Junior a Barranquilla”, fue su respuesta durante una entrevista en el programa Deportes con Scoppetta, en la que además defendió su gestión y dejó claro que no habrá cambios por ahora.

Las declaraciones, emitidas con tono despectivo y sin ningún tipo de autocrítica, han generado una fuerte molestia entre los seguidores del equipo samario, que no solo han acompañado al club en medio de sus constantes caídas, sino que representan el mayor activo emocional e histórico que tiene el Unión Magdalena.

Dávila se refirió también al incierto futuro del técnico Alexis García, asegurando que su salida no está contemplada por ahora debido al alto costo de su indemnización. “El técnico, para sacarlo, hay que indemnizarlo y vale como $300 millones. No los hay y si los tuviera, tampoco los iba a regalar”, afirmó con frialdad.

A pesar de que el equipo viene de una nueva derrota (2-0 frente a Independiente Medellín) y ocupa los últimos lugares en la tabla, el dirigente se mostró indiferente ante las preocupaciones de la hinchada. Aseguró que recientemente se incorporaron nueve jugadores y que se trata de un equipo nuevo al que “hay que darle tiempo”.

Más preocupante aún fue su insistencia en desligarse de cualquier tipo de responsabilidad compartida. “El Unión Magdalena es una institución privada, que tiene dueño, el dueño es el que tiene que responder por ella, y ese soy yo”, expresó, dejando claro que las decisiones se toman bajo su criterio personal, sin espacio para la participación ciudadana ni el sentir colectivo.

También se refirió a los recursos públicos con un mensaje que, aunque aparentemente razonable, fue utilizado para justificar su falta de gestión: “Yo no le voy a exigir al señor alcalde que me regale un billete… demasiado es que me está prestando gratuitamente un gran estadio”.

La postura de Eduardo Dávila, más allá de lo económico, deja en evidencia un problema de fondo: la desconexión entre la dirigencia y la comunidad. En vez de asumir un rol conciliador y estratégico, opta por rechazar las críticas y deslegitimar a quienes exigen compromiso, resultados y respeto por el equipo.

Mientras el Unión Magdalena sigue sin levantar cabeza en lo deportivo, lo institucional parece hundirse también en la falta de liderazgo, sensibilidad y visión colectiva. La hinchada exige algo más que explicaciones, pide dignidad, transparencia y un verdadero compromiso con el club y su historia.

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