PSG bailó y goleó al Real Madrid 4-0 y peleará la final del Mundial de Clubes frente al Chelsea

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El Real Madrid sufrió una durísima derrota en las semifinales del Mundial de Clubes. El PSG de Luis Enrique no solo ganó, sino que humilló al equipo blanco con un contundente 4-0 que lo clasifica a la gran final del torneo, donde enfrentará al Chelsea por el título mundial.

Los errores defensivos, una propuesta descompensada y la contundencia parisina marcaron un duelo que apenas duró nueve minutos.

En ese breve tramo inicial, Asencio y Rüdiger cometieron errores garrafales que derivaron en los primeros dos goles: Fabián Ruiz abrió el marcador al minuto 6 y Dembélé amplió la ventaja al 9. El Madrid, irreconocible y sin alma, nunca fue rival para un PSG que manejó el partido a su antojo desde el primer momento.

La ausencia de Trent, lesionado a última hora, y Huijsen, sancionado, obligó a Xabi Alonso a improvisar en defensa. Además, apostó por un 4-3-3 con Mbappé, Gonzalo y Vinicius que se mostró descompensado y vulnerable. El PSG lo aprovechó sin piedad y, tras una gran jugada colectiva, Fabián firmó su doblete en el minuto 24. El 3-0 dejaba claro que el conjunto blanco estaba completamente superado.

Courtois fue el único que evitó una catástrofe aún mayor en el primer tiempo, con varias atajadas salvadoras antes de retirarse lesionado en la última acción antes del descanso. Mbappé, el único madridista que lo intentaba, llegó a pedir un penalti que el árbitro no concedió por no haber infracción.

Pese al resultado, Xabi Alonso no realizó cambios tras el descanso y el guion se mantuvo intacto. Doué marcó en el 48’, pero su tanto fue anulado por fuera de juego. El PSG bajó algo el ritmo, pero cuando apretaba, seguía encontrando autopistas en la defensa blanca. Militao y Carvajal reaparecieron tras sus lesiones, y Modric y Lucas Vázquez ingresaron en lo que pareció un homenaje final, en medio de un partido ya decidido.

En la recta final, con el Madrid entregado, Gonçalo Ramos firmó el 4-0 definitivo en el minuto 87. Una goleada dolorosa, sin apelación, que deja al Real Madrid fuera de la final y lleno de dudas.

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