En medio de una creciente tensión social, las comunidades de la Sierra Nevada de Santa Marta, ubicadas en la zona rural de Ciénaga, Magdalena, se preparan para llevar a cabo un plantón el próximo 2 de junio sobre la Troncal de Oriente, en una jornada festiva que podría provocar serias afectaciones en el tráfico de esta importante vía nacional.
La protesta surge como respuesta al abandono histórico que, según los habitantes, han padecido durante décadas.
Ante este panorama, la Alcaldía de Ciénaga ha emprendido una carrera contra el tiempo. El alcalde Luis Fernández Quinto sostuvo recientemente un encuentro con líderes del corregimiento de Palmor y sus veredas, en un intento por frenar la movilización.
En la reunión, se abordaron temas como la recuperación de vías rurales, convenios para la recolección de residuos, mejoras en salud rural, legalización de predios escolares y proyectos educativos, muchos de los cuales, según el mandatario, ya se encuentran en curso.
Sin embargo, los esfuerzos de diálogo no han sido suficientes para disuadir a los habitantes serranos, quienes han confirmado que la protesta “va porque va”. Los líderes comunitarios aseguran que la paciencia se agotó.
“Nosotros somos sierra y pertenecemos a Ciénaga, pero somos otra realidad”, expresan con firmeza los representantes de los cinco corregimientos de la zona. La protesta no solo apunta a la Alcaldía, sino también a la Gobernación del Magdalena, a la que acusan de incumplimientos similares.
El alcalde Fernández Quinto reconoció que no puede atender los más de 50 requerimientos históricos planteados por las comunidades. Y sobre el tema que ha cobrado fuerza en la zona —la idea de la municipalización de los corregimientos serranos— fue claro: “Eso no me corresponde, es decisión de ellos. Yo no me opondría, pero tampoco haría nada para impedirlo”.
Frente al inminente bloqueo vial, la administración municipal activará un Puesto de Mando Unificado, con el fin de monitorear la jornada y evitar que la protesta escale en alteraciones del orden público. Al mismo tiempo, se anunció la apertura de nuevos espacios de diálogo con líderes de todos los corregimientos en la zona alta del municipio.
Mientras tanto, el eco de una posible independencia administrativa retumba en las montañas. La sierra exige atención, inversión y dignidad. Y aunque aún no hay caminos claros, lo cierto es que los serranos están dispuestos a tomarse las vías hasta ser escuchados.