La transformación de una de las vías más congestionadas y peligrosas de la Costa Caribe ya tiene fecha. La carretera Barranquilla–Ciénaga, parte esencial de la Troncal del Caribe, comenzará sus obras de modernización en enero de 2026. El proyecto, a cargo de la concesión Ruta Magdalena Sierra Mar, promete convertirse en un eje clave para mejorar la conectividad entre Atlántico y Magdalena.
Según confirmó Víctor Esper Cassin, director de proyectos de la concesión, el cronograma avanza sin retrasos. “Este año se ha dedicado a la gestión predial, social y ambiental. Si todo continúa como está planeado, en enero iniciaremos la obra física”, aseguró. Actualmente, el proyecto se encuentra en su fase de preconstrucción.

La intervención abarcará 48 kilómetros divididos en tres subproyectos. El primero conectará el nuevo puente sobre el río Magdalena con el peaje de Palermo, incluyendo una calzada de tres carriles por sentido y un paso deprimido hacia el puerto de Palermo. El segundo tramo irá desde el peaje hasta Tasajera, integrándose con los viaductos del Invías; mientras que el tercero, entre Tasajera y la variante sur de Ciénaga, incorporará un nuevo puente en Punta de la Barra, una zona crítica por su alta congestión.
Con una inversión estimada en 2,7 billones de pesos, la iniciativa contempla no solo la construcción, sino también la operación y mantenimiento de la vía durante los próximos 30 años. “Queremos ofrecer una carretera segura, cómoda y eficiente para el comercio y el turismo del Caribe”, afirmó Esper Cassin.
Durante años, la Troncal del Caribe ha sido escenario de accidentes y bloqueos que afectan el transporte de carga y el turismo. “Cada cierre o protesta nos deja varados durante horas; necesitamos una vía moderna”, comentó Carlos Jiménez, conductor de tractomula que recorre el trayecto tres veces por semana. Para el sector turístico, la doble calzada representa un cambio estructural. “Reducir los tiempos entre Santa Marta y Barranquilla será clave para atraer más visitantes”, destacó Omar García, presidente de Cotelco Magdalena.
Uno de los mayores retos está en la Ciénaga Grande de Santa Marta, un ecosistema sensible que exige estrictos cuidados. La concesión ha trabajado con la ANLA y Parques Nacionales para garantizar que la ampliación se realice sobre la banca existente, minimizando el impacto ambiental. “Algunos diseños han pasado por más de 19 revisiones para asegurar el cumplimiento de todos los requisitos técnicos y ecológicos”, señaló Esper.
La doble calzada Barranquilla–Ciénaga es parte del proyecto Ruta del Magdalena, que busca conectar el centro del país con los puertos del Caribe. Por esta vía circulan entre 10.000 y 12.000 vehículos diarios, cifra que se dispara en temporadas turísticas. Con su modernización, el Caribe colombiano no solo ganará en seguridad y movilidad, sino que abrirá un nuevo capítulo en su desarrollo económico y logístico.





