Las comunidades campesinas de la Sierra Nevada en comprensión del municipio de Ciénaga—San Pedro, San Javier, Palmor, Siberia y Cordobita— han denunciado públicamente a través de un comunicado, el incumplimiento sistemático de los compromisos adquiridos por los gobiernos nacional, departamental y municipal, tras la protesta pacífica llevada a cabo del 2 al 5 de junio de 2025 en la Troncal de Oriente.
A pesar de haber levantado la movilización con la esperanza de avanzar en procesos de dignificación social y económica, plantean en la comunicación que los acuerdos alcanzados han quedado, en su mayoría, en el papel, haciendo crecer la indignación ante la falta de voluntad política y la ausencia de acciones concretas que respondan a sus necesidades históricas.

En ese sentido, el presidente de la Junta de Acción Comunal del corregimiento de Palmor, Alex León, ratificó que en consenso decidieron volver a alzar la voz, expresando que, aunque el Gobierno Nacional ha mostrado ciertos avances en la atención de los compromisos, señalan una actitud abiertamente negligente por parte de la gobernación del Magdalena y la Alcaldía de Ciénaga.
“Estas entidades priorizan eventos masivos y respuestas inmediatas en zonas más visibles del territorio, mientras ignoran a comunidades enteras sumidas en la emergencia invernal. Esta desatención ha derivado incluso en tragedias, con campesinos fallecidos por el deplorable estado de las vías. La desigualdad territorial se evidencia en cada acción —o inacción— oficial”, precisan los lideres campesinos de la parte alta de Ciénaga.

Asimismo, manifiestan que después de dos meses de la protesta, los compromisos siguen sin cumplirse: no hay maquinaria, insumos ni soluciones efectivas para enfrentar la crisis. Los corregimientos carecen de servicios básicos como atención médica, ambulancias, centros de salud y escuelas dignas. La infraestructura educativa es precaria al punto de ser inoperante, y el sistema de saneamiento brilla por su ausencia. Esta situación está generando un daño irreversible a los ecosistemas locales, con toneladas de basura acumulada y una creciente crisis sanitaria.
Las comunidades exigen soluciones verificables e inmediatas: culminación de obras inconclusas, entrega de maquinaria pactada, evacuación de residuos, acceso permanente a servicios de salud y una gestión eficiente de los recursos públicos.
“Nos enfrentamos a la burocracia, promesas postergadas y gestos simbólicos que no resuelven el fondo de la problemática. La constante dilación de respuestas ha alimentado el descontento generalizado, poniendo en evidencia que la protesta sigue siendo el único camino para visibilizar las injusticias”, dejan ver los campesinos.

Por tales circunstancias, y ante el reiterado incumplimiento de al menos 20 compromisos firmados, los campesinos exigieron la intervención urgente de la Procuraduría, la Contraloría y la Defensoría del Pueblo, reclamando control efectivo y sanciones ejemplares contra las autoridades que han incumplido su deber con las comunidades rurales.
«La dignidad del campesinado no se negocia ni se silencia con excusas», sentencian los voceros. Hoy, más que nunca, demandan justicia territorial, trato equitativo y el respeto que por derecho les corresponde. La paciencia se acaba, pero la lucha sigue firme puntualizaron.





