En sus ojos brilla el reflejo de un futuro que vislumbra a través de la música, mientras con sorprendente elocuencia deja escuchar palabras llenas de inocencia que reafirman el anhelo de crecer para servir a su familia y a la sociedad.
Ella es Gabriela Parra Pacheco, “Gabi”, una niña de 9 años que ha sabido, a su corta edad, ser resiliente y luchadora, poseedora de una voz que no solo ha encantado a los jurados de La Voz Kids, sino también a quienes todas las noches ven el programa del canal Caracol, con mayor audiencia en el país.
Nació en Orihueca, un corregimiento del municipio Zona Bananera con más de 5 mil habitantes, en el que la agricultura, el cultivo del banano, la palma africana, la ganadería y la agroindustria demarcan el desarrollo de una región que durante décadas ha sufrido por la violencia; allí “Gabi” ha encontrado la esencia de vivir en medio de las adversidades.
La comunión con sus padres Nelisa Pacheco y Neuma Bravo, sus hermanas Antonella y la menor Luciana, son la fuente del amor que transmite en su tierno cantar, rodeada de ternura y carisma, elementos que convencieron en las audiciones a ciegas del “reality show” a quien se convertiría en su mentor, Alex Syntek.
Pero ¿de dónde surgió su talento? Desde muy niña mostró su pasión por el canto. La tía “Chiqui” Cinthia Villegas, junto a su mamá, fueron quienes descubrieron su hermosa voz; a los 6 años comenzó a recibir clases en la escuela de formación musical de Orihueca COOMULBANANO, de manos del profesor Emmanuel Villegas, sin descuidar sus clases en el Centro Educativo Luz de Esperanza de la educadora Beatriz Ramírez.
“Le encantan los animales, es muy respetuosa y amorosa con los adultos mayores, le gusta mucho las frutas, en especial el banano maduro o banana, le gusta jugar bajo la lluvia, es una niña muy inteligente y dedicada; ocupa los mejores puestos del colegio, siempre tiene un espíritu solidario y se preocupa mucho por los demás”, expresa con emoción su progenitora Nelisa Pacheco.
Hoy, cuando sus sueños de ser médico y cantante reconocida, piensa en sus abuelitos que sufrieron el rigor del desplazamiento en la Zona Bananera. Su abuela Aleida Alvarado le despertó el amor por las plantas y remedios caseros.
“Quiero crear una escuela de música o casa de cultura, luchar por lograr la construcción de un centro de salud más grande para mi pueblo y también sueño con tener una fundación para cuidar perritos; mi papá me ha enseñado a amar los animales desde que estoy en su vida”, afirma “Gabi”.
Por ahora, queda el recuerdo de haber obtenido el primer puesto en un concurso de canto hace dos años, en el que ganó su primera guitarra, con la cual creó un vínculo indisoluble, para seguir cultivando sus propósitos.
Aunque todo ha cambiado para bien. La historia dio un salto gigantesco, esta vez, la lluvia divertida de Orihueca se trasladó a Bogotá algo gélida, sin perder el calor zonero para encantar el corazón de millones de colombianos.
Fotos: Cortesía Canal Caracol
