El domingo pasado, una histórica inauguración marcó el fin de décadas de sufrimiento para más de 77.000 personas de la región. Con la entrega de los primeros 15 kilómetros de la vía Guamal-Astrea y el inicio de la fase dos del proyecto, que ampliará 22 kilómetros adicionales, la comunidad guamalera ve por fin la luz después de años de aislamiento.
La carretera que conectaba Guamal con el resto del departamento y las vecinas regiones de Bolívar y Cesar fue un calvario para quienes la transitaron.
Durante la temporada de lluvias, los huecos y el barro la convertían en una trampa mortal. Carlos Méndez, campesino local, rememora con tristeza los días en que debía sacar sus cosechas en burros o improvisadas canoas para evitar la inundación de la vía.
«El mango, la yuca, el maíz… todo se nos perdía. No podíamos llevarlo a los mercados, y si lo vendíamos, era por precios miserables. Nos tocaba ver cómo se nos pudría», relata Méndez con amargura, recordando las difíciles condiciones del pasado.
Los niños y jóvenes no escapaban de esta dura realidad. Julia Gómez, madre de familia, afirma que muchos estudiantes abandonaron sus estudios por la imposibilidad de llegar al colegio. Los buses no ingresaban y los profesores a menudo no llegaban, creando un sufrimiento cotidiano para las familias.
La tragedia tocó fondo cuando personas enfermas no pudieron ser atendidas a tiempo debido a la inaccesibilidad de la zona. José Ramos, líder comunitario, recuerda con dolor cómo la falta de transporte médico causó muertes evitables. «Cuántas vidas se perdieron, fue una injusticia», asegura.
La emoción desbordó el evento de inauguración. El gobernador Rafael Martínez, hijo de Guamal, y el exgobernador Carlos Caicedo, responsable de la financiación de la primera fase, fueron los encargados de entregar esta importante obra.
En su discurso, Martínez destacó que la nueva vía no solo representa progreso, sino también justicia para los que perdieron todo por la falta de acceso. La inversión de $59.530 millones transformará la región, convirtiéndola en un centro de desarrollo agrícola y comercial.